El murmullo del cielo en ciclópea figura,
atenaza las mentes ignorantes,
santos y vírgenes ataviados con pan de oro.
Esperando el milagro del pan ácimo
y un lecho frío,
para las lagrimas de los miserables,
que dan de comer al clero,
no pasando hambre la gula de su eminencia,
Secretos, mentiras,
en sus manos la sangre de un Papa muerto,
quería erradicar la injusticia,
un tal “Juan pablo primero”
La muerte le llego de noche,
dicen que murió de infarto,
no le realizaron autopsia,
y el misterio de su muerte ocultaron.
Aquí continúa el engaño,
de esta fe, dominada por el clero,
adoran al hijo de un dios,
que fue bastardo de un carpintero.
A la edad de treinta y tres años,
ante Nerón fue ajusticiado,
y en el monte Calvario, crucificado,
por legionarios romanos.
Despreciado por unos,
y por sus fieles adorado,
¡resucito al tercer día!,
¿O su sepulcro fue profanado?
Los fieles a Jesús, extendieron su dogma,
por la amplia extensión del imperio romano,
el cristianismo,
remplazo a sus paganos dioses,
los pretores perdían poder,
ante los insurgentes cristianos.
Abrazando la nueva fe,
abandonaron sus ritos paganos.
Susceptibles de perder su autoridad,
obispos de la iglesia se aclamaron.
Todo empezó en un pesebre,
en Belén una noche de invierno
ahora residen en Roma,
rigiendo su propio gobierno.
Extracto de El susurro de las musas